Critican a Ejecutivo por trato con evangélicos
Portal: Contraréplica 8-julio-2019 Por: María Cabadas
La relación que mantiene el Presidente Andrés Manuel López Obrador con la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), va más allá de la sana relación que debe existir entre las asociaciones religiosas y el Estado, dijo Mario Ángel Flores Ramos, rector de la Universidad Pontificia de México (UPM), quien señaló que este grupo minoritario, encabezado por Arturo Farela, ya está convertido en portador y aliado de la actual administración.
“Una cosa es que las asociaciones religiosas, las iglesias tengan como una de sus principales tareas difundir valores que humanicen y otra es que sean portadores de una estrategia gubernamental que nadie sabe a ciencia cierta por dónde va”, dijo en entrevista para ContraRéplica.
El sacerdote michoacano aseguró que la cercanía de la Confraternice con el Ejecutivo federal ha llevado a est agrupación a mantener una postura servil, más que crítica con el Gobierno lopezobradorista.
“Este no es el camino. La vía no es estar aprobando todo lo que se hace… lo que se dice. Imaginemos que este país entre en una grave crisis por toda la serie de decisiones equivocadas que estamos viendo, y resulta que está comprometidísima los evangélicos también en eso. Cómo van a quedar también ellos, apoyando a un Gobierno que va tomando decisiones erróneas”, agregó.
El rector de la Universidad Pontificia de México indicó que la relación entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la Confraternice es “un paso riesgoso en el marco constitucional del Estado laico. Esta ya es una alteración. No quiero hablar de violación a las leyes, pero sí de una alteración de los márgenes de actuación, de colaboración en un Estado que nopuede inmiscuirse en las actividades de las iglesias, ni ellas ser parte de lasactividades de este”.
Señaló que resulta infructuoso que la Confraternice reparta la Cartilla Moral de Alfonso Reyes en las 7 mil iglesias cristianas evangélicas con las que cuenta en todo el país, porque argumentó que la gente que asiste a los templos es porque “ya vive su fe, una formación… una orientación”.
Y expresó: “Si el Gobierno federal quiere realmente moralizar a los ciudadanos que están incluso alejados de una práctica religiosa, que vaya allá a los ambientes de los narcotraficantes, de los criminales, etcétera. O que facilite la labor de las iglesias”.